martes, 18 de mayo de 2010

El nuevo totalitarismo



Cuando cayó el muro de Berlín a finales de 1989 como es lógico hubo una mezcla de emociones y sensaciones. Yo mismo celebré el evento con una amiga alemana en la Plaza Real, aunque no pude evitar hacerle mención a las razones que habían dado pie a su construcción. Fui injusto, pero no me he dado cuenta hasta un tiempo más tarde, La Alemania nazi fue un producto en gran medida patrocinado por el capitalismo salvaje internacional, fue, como dice Zizek, "una reacción para evitar males mayores"; el comunismo por ejemplo. Hitler no fue un revolucionario, sino un cobarde que se alineó al lado del poder corrupto del capitalismo, pero era evidente que la caída del Muro y del régimen soviético significaba un paso adelante en la libertad y todos estuvimos contentos, yo también, pero otra duda que ahora toma una forma ominosa surgía al mismo tiempo. ¿Podría el mundo lidiar con un capitalismo sin contrapeso? Esta fue una reflexión generalizada, vox populi podríamos decir, y cuánta razón tenían aquellos no-pensadores, no filósofos, no intelectuales que veían venir lo que ahora sufrimos.

Al mismo tiempo muchos fueron los "pensadores" del establishment que aplaudieron sin condiciones todo aquella evolución histórica, la derrota del socialismo real por parte del capitalismo (siempre muy real, por cierto). Y quien más aprovechó esa victoria fueron las administraciones Reagan y Thatcher, de las que ahora recogemos los frutos podridos de sus prácticas neoliberales y terroristas. Los pensadores complacientes hicieron mención principal a los beneficios de la democracia, vinculada evidentemente al liberalismo, y fueron muchos los que levantaron la voz orgullosos contra los totalitarismos, y Popper y sus "sociedades abiertas" se pusieron de moda.

Hoy, veinte años después, todo toma una forma siniestra, que muchos ya preveían. Una sociedad en la que el trabajo es castigado de forma totalitaria en beneficio de la especulación, en la que el precio de la vivienda se establece de forma totalitaria por los especuladores, en la que se trafica con personas de forma totalitaria, en la que los delincuentes organizados en instituciones financieras provocan crisis, saquean el erario público y ejercen el chantaje contra los gobiernos elegidos de forma democrática (precariamente democrática pero democrática). El totalitarismo es no poder comer productos libres y sanos porque un reducido grupo de distribuidores se apoderan de los recursos alimentarios mundiales, se apoderan de la tierra y manipulan las semillas, el totalitarismo es estar obligado a consumir energía de forma excesiva y a un precio abusivo no pudiendo obtenerlo de forma descentralizada, es estar obligado a pagar una hipoteca exorbitante para disfrutar de un techo, o no tener opciones de transporte público y tener que comprar un motor con ruedas para ir a trabajar, es no poder ejercer el trabajo de una forma libre y estar obligado siempre a alquilarse a un patrón que suele ser un ladrón y un parásito, o ir a votar y encontrar que sólo se puede votar a dos opciones: una la de un partido que cederá ante las presiones de las mafias parasitarias o la otra a un partido que las representa directamente. El totalitarismo es tener la obligación de tener las ganancias de tu trabajo en un banco donde te cobran por guardar lo que el estado tendría que proteger, o totalitarismo es que la propiedad privada sólo lo sea de los poderosos y que uno no pueda dejar atada la bicicleta en un árbol bajo riesgo de que se la roben los ladrones legales o los ilegales, totalitarismo también es tener un cuerpo judicial ineficaz y corrupto.

Y este totalitarismo no acaba aquí, va más lejos, y llega a Afganistán e Iraq, porque totalitarismo es tener que pagar o soportar guerras terroristas llevadas a cabo por los sediento intereses de los grupos oligárquicos parasitarios internacionales. Es un totalitarismo orwelliano que no puede funcionar sin guerra, y tiene que inventarla o facilitar que se encienda para funcionar. En España ya empezamos a vivir con más intensidad cada vez el nuevo totalitarismo del capitalismo salvaje, un modelo de funcionamiento criminal que se aplica en todo el mundo con diferentes intensidades desde la caída del muro (antes también pero no con tal saña), y que se ha aplicado con la ayuda y la coordinación de múltiples mecanismos, organismos multinacionales como el Banco Mundial, el FMI, herramientas como los poderes mediáticos, grupos de dominio como las oligarquías de cada estado-nación, presiones ejercidas por las multinacionales, recursos tecnológicos suministrados por la ciencia, instrumentos ideológicos de todo tipo con una multitud de charlatanes-escritores que han pasado los últimos veinte años vendiendo las excelencias del libre mercado, o ejércitos mastodónticos incapaces de evitar masacres como la de Grandes Lagos, o como la de Srebrenica, pero siempre dispuestos a bombardear inteligentemente a población civil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario