miércoles, 26 de mayo de 2010

Hawking - Kurzweil; de sueños, de pesadillas


Los miembros de la especie humana siempre hemos encontrado asideros para justificar nuestra progresión imparable hacia la destrucción de la diversidad, hacia nuestra separación con el mundo, siempre hemos encontrado clavos ardiendo para justificar nuestra incapacidad para relacionarnos con el medio y para reorientar nuestra más que dificil proyección en el universo. Si alguien quiere descubrir una nueva teoría relacionada con este asunto puede visualizar este curioso video en el que Punset entrevista al científico amante de la ficción Kurzweil.

Sin embargo al tiempo que el imaginario humano reciente ha soñado con panaceas, movimientos continuos, piedras filosofales y otras soluciones definitivas, también ha imaginado la posibilidad contraria; el fin del mundo, cataclismos, juicios finales, invasiones extraterrestres... Esta es la faceta que defiende ahora Stephen Hawking.

Pero ante esta dicotomía Kurzweil-Hawking, en la cual al mismo tiempo uno propugna la expansión de la especie humana por el universo en base al avance exponencial en la gestión de la información y otros avances tecnológicos de vanguardia, y el otro plantea el peligro de que seamos invadidos y saqueados al viejo estilo de la colonización del continente americano, lo destacable es el asunto clave en común que para ambos parece ser un valor cósmico; la necesidad ineludible de expandirse, conquistar y saquear. Uno lo ve en pimera persona del plural y el otro en tercera persona del plural, pero ambos lo viven así.

Que los científicos de pro, amamantados por el poder, no pueden gestionar de forma sensata su contacto con el conocimiento, a mi no me cabe duda. El poder pivota sobre un sistema no inteligente, incapaz de planificar a largo plazo, incompetente en la gestión de recursos y es imposible que se haga con el servicio de auténticos sabios, porque los aliens ya estan aquí saqueando los recursos del planeta y son descendientes de los colonizadores de las diferentes Américas, y la gestión exponencial de la información no conducirá a nada humano si en lo humano no hay significado. Es mas que probable que haya otras formas de entender el mundo que no pasen obligatoriamente por el expolio, este es el gran reto que debería ocuparnos. Viajar a la velocidad de la luz para repetir lo que estamos haciendo en nuestro planeta es sencillamente quedarse en el mismo sitio, el verdadero viaje sería el de concebir una estrategia distinta que nos integre en el universo.

martes, 18 de mayo de 2010

El nuevo totalitarismo



Cuando cayó el muro de Berlín a finales de 1989 como es lógico hubo una mezcla de emociones y sensaciones. Yo mismo celebré el evento con una amiga alemana en la Plaza Real, aunque no pude evitar hacerle mención a las razones que habían dado pie a su construcción. Fui injusto, pero no me he dado cuenta hasta un tiempo más tarde, La Alemania nazi fue un producto en gran medida patrocinado por el capitalismo salvaje internacional, fue, como dice Zizek, "una reacción para evitar males mayores"; el comunismo por ejemplo. Hitler no fue un revolucionario, sino un cobarde que se alineó al lado del poder corrupto del capitalismo, pero era evidente que la caída del Muro y del régimen soviético significaba un paso adelante en la libertad y todos estuvimos contentos, yo también, pero otra duda que ahora toma una forma ominosa surgía al mismo tiempo. ¿Podría el mundo lidiar con un capitalismo sin contrapeso? Esta fue una reflexión generalizada, vox populi podríamos decir, y cuánta razón tenían aquellos no-pensadores, no filósofos, no intelectuales que veían venir lo que ahora sufrimos.

Al mismo tiempo muchos fueron los "pensadores" del establishment que aplaudieron sin condiciones todo aquella evolución histórica, la derrota del socialismo real por parte del capitalismo (siempre muy real, por cierto). Y quien más aprovechó esa victoria fueron las administraciones Reagan y Thatcher, de las que ahora recogemos los frutos podridos de sus prácticas neoliberales y terroristas. Los pensadores complacientes hicieron mención principal a los beneficios de la democracia, vinculada evidentemente al liberalismo, y fueron muchos los que levantaron la voz orgullosos contra los totalitarismos, y Popper y sus "sociedades abiertas" se pusieron de moda.

Hoy, veinte años después, todo toma una forma siniestra, que muchos ya preveían. Una sociedad en la que el trabajo es castigado de forma totalitaria en beneficio de la especulación, en la que el precio de la vivienda se establece de forma totalitaria por los especuladores, en la que se trafica con personas de forma totalitaria, en la que los delincuentes organizados en instituciones financieras provocan crisis, saquean el erario público y ejercen el chantaje contra los gobiernos elegidos de forma democrática (precariamente democrática pero democrática). El totalitarismo es no poder comer productos libres y sanos porque un reducido grupo de distribuidores se apoderan de los recursos alimentarios mundiales, se apoderan de la tierra y manipulan las semillas, el totalitarismo es estar obligado a consumir energía de forma excesiva y a un precio abusivo no pudiendo obtenerlo de forma descentralizada, es estar obligado a pagar una hipoteca exorbitante para disfrutar de un techo, o no tener opciones de transporte público y tener que comprar un motor con ruedas para ir a trabajar, es no poder ejercer el trabajo de una forma libre y estar obligado siempre a alquilarse a un patrón que suele ser un ladrón y un parásito, o ir a votar y encontrar que sólo se puede votar a dos opciones: una la de un partido que cederá ante las presiones de las mafias parasitarias o la otra a un partido que las representa directamente. El totalitarismo es tener la obligación de tener las ganancias de tu trabajo en un banco donde te cobran por guardar lo que el estado tendría que proteger, o totalitarismo es que la propiedad privada sólo lo sea de los poderosos y que uno no pueda dejar atada la bicicleta en un árbol bajo riesgo de que se la roben los ladrones legales o los ilegales, totalitarismo también es tener un cuerpo judicial ineficaz y corrupto.

Y este totalitarismo no acaba aquí, va más lejos, y llega a Afganistán e Iraq, porque totalitarismo es tener que pagar o soportar guerras terroristas llevadas a cabo por los sediento intereses de los grupos oligárquicos parasitarios internacionales. Es un totalitarismo orwelliano que no puede funcionar sin guerra, y tiene que inventarla o facilitar que se encienda para funcionar. En España ya empezamos a vivir con más intensidad cada vez el nuevo totalitarismo del capitalismo salvaje, un modelo de funcionamiento criminal que se aplica en todo el mundo con diferentes intensidades desde la caída del muro (antes también pero no con tal saña), y que se ha aplicado con la ayuda y la coordinación de múltiples mecanismos, organismos multinacionales como el Banco Mundial, el FMI, herramientas como los poderes mediáticos, grupos de dominio como las oligarquías de cada estado-nación, presiones ejercidas por las multinacionales, recursos tecnológicos suministrados por la ciencia, instrumentos ideológicos de todo tipo con una multitud de charlatanes-escritores que han pasado los últimos veinte años vendiendo las excelencias del libre mercado, o ejércitos mastodónticos incapaces de evitar masacres como la de Grandes Lagos, o como la de Srebrenica, pero siempre dispuestos a bombardear inteligentemente a población civil.

domingo, 16 de mayo de 2010

Votar y no-votar, las dos opciones inútiles


Un reflujo de podredumbre corre por encima nuestro a nivel internacional, los llamados “mercados” se han convertido en la entidad totalitaria que muchos ya vaticinaban. Las democracias occidentales se han acabado de transformar en una bufonada desagradable. La principal función de la política parlamentaria, que es la de decidir como se distribuye la riqueza o la pobreza entre la ciudadanía, ya es cosa de organismos supranacionales jamás votados por nadie, y ahora los políticos (excluyendo a aquellos del Partido Podrido que siempre han tenido claro su espacio corrosivo) deberán buscar en su restringido mercadillo de las ideas cosas que ofrecernos para entretenernos; selecciones nacionales, peleas por el agua, prohibiciones de toros, ensañamiento con los inmigrantes,  banderas e himnos esperanzadores, baratijas políticas o recursos locales aun no interesantes para los “mercados”. Lo que importa ha quedado en manos de la comunidad de incompetentes, delincuentes y mediocres que lideran esta cosa llamada “mercado” barnizado con el palabro liberal, una cosa que se lo traga todo a una velocidad vertiginosa, más propia de un agujero negro. La humanidad ha quedado al azar de las ficciones de la economía, de ideas irreales como el dinero que se convierten en reales por la fuerza y por medio de la violencia, del mismo modo que cualquier cosa puede ser real para alguien sometido a la tortura. Vivimos una época de golpismo e involución mundial, que en España se ve particularmente “enriquecida” por nuestros propios desafectos a la democracia, aquellos que protegen a corruptos, que de hecho fomentan la corrupción y el sálvese quien pueda,  aquellos que impiden a familias reencontrarse con sus asesinados, aquellos que sólo tienen una idea; alcanzar el poder y utilizar lo público para enriquecerse furiosamente a cualquier precio. Votar nunca fue tan absurdo, y no votar nunca fue tan útil por ejemplo para el Partido Podrido; es lo que tienen los “mercados”; intentan ocupar todo el espacio existente ahogando cualquier opción consiguiendo que votar y no-votar sean alternativas igual de tristes la una que la otra.